LAS VÍAS DEL YOGA
El término yoga es muy amplio y
algo ambiguo, con él nos referimos a muchas doctrinas y muy variadas prácticas,
que frecuentemente parecen antagónicas. Etimológicamente, procede del verbo sánscrito
yuj, igual que yugo, y significa unión y control, implica vincular y unificar,
y nos remite a cierto desapego previo, y a la necesidad de un esfuerzo de
autocontrol. Pero cuando se entra a definir qué es lo que se une o cual es el objetivo del control pasamos a
referirnos a una concepción concreta, con su marco teórico, sus doctrinas, sus
métodos y sus técnicas específicas.
Krisna, en el Bhagavad gita (es un relato de acción bélica), define al yogui como una persona unida dinámicamente a lo divino en el terreno de la acción (inspiración aquí y ahora) y lo valora como superior al asceta, al contemplativo y al ritualista.
El yoga clásico procura su
objetivo de unificación a través de cuatro grandes vías: Hatha (cuerpo, tierra),
Raja (mente, aire),
Tantra (emociones, agua), Gnagni o Jhâna (conocimiento, fuego), y otras
tres vías más, que serían como una síntesis de las cuatro anteriores: Bhakti (amor, receptivo:
tierra y agua), Karma (acción, activo: fuego
y aire) o Purna (integral / 5º elemento),
que puede definirse como el arte de vivir en armonía y en creación, y para ello
resalta la necesidad de un desarrollo
equilibrado de la personalidad, del desarrollo constructivo de las
posibilidades latentes en las cuatro
grandes vías y evitando las tendencias extremas que llevan a un desarrollo
desequilibrado de las personas.
Todas las vías conllevan una
ética moral, asanas, pranayama y meditación, en diferente grado de importancia,
en cualquier caso el objetivo es siempre la unificación y las fases finales de
cada vía reconocen, y en algunos casos, incorporan a todas las demás.
HATHA
YOGA. La fuerza de Ha-sol y Tha-luna.
Es el sistema que trabaja a través del cuerpo para conseguir control mental,
por medio de limpiar, regular y fortalecer los procesos fisiológicos y las
energías nerviosas y vitales; cuando la mente-cuerpo
está bajo control, se manifiesta el espíritu interior bajo la forma de un yo
más elevado.
Las técnicas del Hatha-yoga son las asanas, o posturas físicas, que limpian los nadis, estimulan glándulas y fortalecen el sistema nervioso, y el pranayama o control de la energía vital a través de la respiración.
Quién logra éxito en la vía del Hatha alcanza capacidades supernormales, buena salud, juventud, liberación espiritual y ventura. El cultivo del cuerpo es un factor básico para poder asentar experiencias espirituales profundas, porque impresionan fuertemente al sitema nervioso y pueden arrastar olas de emoción; cantar, llorar, bailar, en un remolino enloquecedor, sin la calma necesaria para integrar estas experiencias en una síntesis creadora y liberadora.
RAJA YOGA
La vía
del Raja es la mente, considerada como un todo: el Universo es mente. Su
objetivo es el cese de las funciones
mentales para que la luz del espíritu pueda manifestarse.
En su entrenamiento recurre a asanas y pranayama, pero sólo como una herramienta para el logro de serenidad mental: elige las asnas más convenientes y confortables para concentrarse en la práctica de la respiración y alcanzar estadios meditativos que desplacen los elementos de la ignorancia, la inercia y la quietud.
Previa a la práctica plantea el entrenamiento ético para prevenir el uso abusivo de los poderes de la mente y el cuerpo para fines contrarios al desarrollo espiritual. Este entrenamiento tiene dos fases: yama o disciplina moral y niyama o ceremonia ritual.
Yama incluye: no-violencia, veracidad, no robar, control de los impulsos sexuales, de la gula y de la avaricia.
Niyama incluye: (sauca) purificación externa e interna, (santosa) satisfacción de vivir en plenitud, (tapas) paciencia en el trabajo y condiciones adversas, (swadhayaya) estudio de los libros e Iswara-pranidhana o sumisión a lo divino.
Además de yama y niyama, se recurre a retiros espirituales dentro de uno mismo: pratyahara, poniendo entre paréntesis la existencia espacio-temporal, lo que Husserl llamó reducción fenomenológica, para poder observar los fenómenos de la propia consciencia, con independencia de los acontecimientos, trascender falsas identificaciones y proyecciones y alcanzar libertad real o nirvikalpa samadhi.
YOGA TÁNTRICO
Esta modalidad es la vía del placer, afirma la
necesidad de una plenitud inteligente y organizada de los deseos; no percibe
antagonismos entre la naturaleza y el espíritu. Surge como una respuesta al
exceso de ascetismo y renuncia presente en otras vías. Parte del principio de
que la inteligencia cósmica inocula una
sabiduría profunda en el inconsciente de todo lo que vive, e impulsa a
evolucionar desde la propia naturaleza. Si una persona sigue sus deseos de
manera organizada, canaliza de manera constructiva sus impulsos y gradualmente,
estos se irán puliendo, desde los deseos más básicos y vulgares o la líbido más
grosera a niveles de expansión gozosa del yo, y ampliación de la consciencia
propia y ajena. Lo importante es la
satisfacción en cooperación con la fuerza evolutiva inmanente en el universo.
Cuanto más coopera una persona en la evolución, más limpios se vuelven sus
deseos, el peligro de esta vía está
en que la posibilidad de perderse en el
laberinto del deseo y el autoengaño caprichoso.
Parte de concebir la unión de la consciencia
masculina de la perfección sin tiempo;
la eternidad de Siva, con la
femenina creadora y mediadora entre lo absoluto y lo relativo, la manifestación de lo infinito en lo finito
de Sakti. El poder de Sakti inocula,
con un nivel de consciencia y visión de destino que no es ciego, su energía en
las personas haciendo un núcleo físico-psíquico dinámico o Kundalini (la serpiente enroscada). Cuando se libera esta energía dentro
de las personas, es como la fisión del
átomo nuclear, una expansión gozosa del yo en todo lo que vive, y sólo
entonces comienza el verdadero desarrollo espiritual.
Promueven el uso adecuado de las
cinco M: vino, carne, pescado, cereal seco y sexo (en sáncrito empiezan por m),
que se consideran ayudas para el crecimiento y desarrollo vigorosos de la unión
total con la eternidad.
GNAGNI O
JÑANA YOGA
El deseo de conocer la verdad, trascendiendo el mero entendimiento
intelectual y con la voluntad de comprender
con toda la convicción del Ser, es la vía de gnagni.
Este camino atraviesa siete
estadios esenciales:
La discriminación
supone la comprensión clara entre lo real y lo irreal, lo
permanente y lo transitorio. El sufrimiento humano puede interpretarse como un
enajenamiento del yo, del centro interior de la existencia, que nos conduce a
la falsa identificación con cosas ajenas, como el niño que corre persiguiendo
mariposas.
Esta discriminación supone un
despertarse del sueño materialista da lugar a una separación
de las ataduras y dependencias más mundanas porque se percibe la
capacidad devoradora de la ansiedad por las vanidades y avaricias materiales.
Para la autodisciplina se
requiere de seis factores: calma (que
la mente no sea un mono hiperactivo), contención
(cuidado asiduo de la mente y sus estímulos) renunciación (de los lazos de dependencia emocional y de los
convencionalismos de la vida de sociedad), paciencia
(para no dejarse arrastar por los extremismos fanatizados de las críticas o las
plegarias) fe (cuando la duda abre
crisis en el camino) y autodominio (
por la convicción renovada tras superar las crisis y confrontar la duda).
Tras la autodisciplina viene un
profundo y genuino deseo de verdad y libertad,
es la llama de la espiritualidad en estado puro. La verdad esencial es una experiencia
interior silenciosa, que está más allá de la expresión verbal.
La conciencia ha sido purificada
por el tránsito del camino. Se abre el estadio de escucha y el discípulo recibe transmisión directa de
poder de un maestro; no es una simple
comunicación verbal; el espíritu estalla como una llama.
En el siguiente estadio, tras el
nacimiento de una verdad profunda en la mente, las energías más densas y
oscuras, tratarán de devorarla con nuevas dudas y contradicciones, se impone
una paciente reflexión sistemática.
La meditación tiene el poder de transformar la
comprensión espiritual en una realización no dual, transforma el conocimiento
en sabiduría, trasciende el dualismo intelectual, de el objeto y el sujeto, del
espacio y el tiempo, de la causa y el efecto...
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