domingo, 12 de enero de 2014

Estress, es…es que esssstallo!!!



Los picos de ansiedad y estress, son esos momentos en que estamos tan desbordados de nuestras propias emociones, que los acontecimientos más nimios tienen un efecto multiplicativo y cualquier cosa nos saca de nuestras casillas.

La maravillosa maquinaria de nuestro cuerpo está dotada de glándulas que segregan hormonas como el cortisol o la adrenalina, que nos preparan para huir de un depredador o luchar por nuestra supervivencia; se trata de recursos y respuestas extremos  con los que venimos dotados desde que vivíamos en las cavernas, y teníamos que defendernos de enemigos mejor dotados.

Los picos de ansiedad y stress disparan tal cantidad de hormonas que nos drogamos y entramos en situaciones de conciencia alterada por que nuestras propias ideas desencadenan emociones, a las que el cuerpo reacciona con secreciones glandulares exageradas. Son momentos en que el cerebro funciona con ideaciones muy rápidas y entrecortadas, que no puede llegar a valorar adecuadamente, y las ideas mueven emociones fanáticas; es como un caballo desbocado.

El cortisol aumenta la frecuencia cardiaca y los niveles de azúcar en sangre, bloquea las funciones superiores del lóbulo frontal para que no nos distraigamos pensando cuando tenemos que correr o pelear. En esta situación cometemos errores, no recodamos lo que acabamos de leer, aparecen pensamientos irrelevantes y contradictorios…y con los pensamientos su correlato emocional de frustración, rabia, miedo, ira, etc que nos llevan a reacciones desproporcionadas e inadecuadas.

En la actualidad apenas necesitaríamos recurrir a estas respuestas tan extremas porque, nuestra especie es el depredador por excelencia, y no estamos tan amenazados por el medio externo. Sin embargo sufrimos de stress y nos desbocamos en torrentes de ideas locas con consecuencias devastadoras en nuestra calidad de vida, y de nuestro entorno.

Un pico de ansiedad aislado lo sufre la mayoría de la población, en algún momento de su vida, y no supone un riesgo grave, pero lo terrible es que en la actualidad el stress es crónico, es decir el cortisol y la adrenalina se han instalado en los músculos, los pone tensos y generan contracturas del cuerpo y rigidez en la mente, afectan al sistema gástrico, con acidez y desarreglos que afectan a la digestión de los alimentos y trastornan el humor.

El estress crónico destruye neuronas del hipocampo, lo que nos hace tendentes a desarrollar patologías depresivas, y nos vuelve adaptativos en lo social, porque para tratar de controlar (con una mente que está enferma de descontrol interno) reacciona buscando apoyo en las rutinas y lo conocido, y temiendo las novedades, que necesitan ampliar y flexibilizar el repertorio de respuestas, con lo que limitamos nuestro campo de experiencias y enriquecimiento, por una respuesta defensiva a nuestra mente desbocada.

Las turbulencias emocionales generan energía negativa auto-destructiva, que obstaculiza la capacidad de sincronizar con los ritmos de la Madre Naturaleza. Cuando somos rehenes del stress dejamos de ser las personas Libres que la naturaleza ha creado, enturbiamos la experiencia del  espíritu que nos da consciencia, por las auto-limitaciones de las expectativas de nuestro ego social, supervivencial.

Cuando tenemos una turbulencia emocional perturbamos nuestro equilibrio interno con demasiado placer que nos torna adictos, o demasiado dolor que nos ensombrece. Vivimos en medio de relaciones y situaciones que siempre van a afectar a nuestras emociones y van a derivar en una tendencia al miedo o dolor, o al placer y el amor, pero los sentimientos deben de ser tratados de manera positiva tan pronto como sea posible. El objetivo no es enterrarlos, negarlos o reprimirlos porque con este mecanismo de huida, lo único que hacemos es desplazarlo a nuestro cuerpo, y cronificarlo.

Pero todas las experiencias que nos ofrece la vida están a nuestra disposición para crecer y mejorar, incluso las que parecen desagradables o dolorosas, y si me fuerzas… hasta diría que esas, son las que más impulsan tus capacidades para ampliar tu conciencia, porque te ponen en jaque.
El primer paso para transformar las emociones es asumir nuestra responsabilidad en ellas…¿qué estás sintiendo? ¿en qué parte del cuerpo? Cuando la hayas identificado obsérvala, es una parte de ti, porque las estructuras de tu mentalidad han interpretado la situación de tal manera, que has consentido en esa reacción, o sea que obsérvate con amor y sin juzgar.

Una vez hayas identificado el dolor, puedes expresarlo y compartirlo en libertad porque ya habrás asumido tu responsabilidad, no irás salpicando a tu entorno y a los demás con culpas, y estarás en el camino de transformar esa experiencia dolorosa en un nuevo hito en tu nivel de conciencia.

Así contado parece una simplificación que limita en la burla, cuando nos sentimos como una olla a presión, pero la realidad es que no es más difícil que eso. Quizás necesites ayuda, apoyo, un camino de crecimiento personal o un espacio en que puedas expresar tus emociones sin sentirte juzgado, pero el camino no es, ni más, ni menos que eso: abrir conciencia de la propia libertad para sentir, y la responsabilidad que conlleva.

Quizás haga falta más valor para afrontar la propia libertad, que para mantenerse en un doloroso stress crónico, rodeados de mil remedios sintomáticos, para ir tirando como se puede…eso lo dejo a vuestras conciencias, porque cada persona tiene sus ritmos y sus momentos para abrirse al cambio.


Moksha…soy emocionalmente libre

http://consumoxtress.com/

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