domingo, 18 de mayo de 2014

Mejor arte que que jarte!...salvo en Cadiz


En el post del domingo pasado hablábamos del viaje del héroe, que a través del espacio y/o de las emociones, rompe los rituales de lo cotidiano y facilita una mentalidad que supera los condicionamientos. Es una vía de crecimiento en que se nos mueren avatares caducos, ligados al contexto y se nos abren otras latitudes del alma…

Como este puente ya no me ha tocado viajecito, y sí leer para preparar un trabajo de arte-terapia, voy a seguir el tema con los viajes a través del arte, que movilizan emociones y catalizan significadores nuevos, con capacidad para re-orientar los esquemas de nuestra identidad, y abrir nuevas direcciones de desarrollo.

En nuestras sociedades post-modernas gozamos de los mejores standares de calidad de vida material que jamás se hayan conocido en la historia de la humanidad, en gran parte debido al desarrollo del positivismo y la lógica matemática, a través de la ciencia aplicada. Todos nuestros contextos cotidianos se han tornado confortables, y la variedad de nuestras vanidades y de nuestros juguetitos tecnológicos crecen a ritmo exponencial, exigiendo que le dediquemos nuestra atención.

Pero para atender tan diferentes áreas, nuestra mente ha ido fragmentando su atención, y parcelando espacios, con la consiguiente dispersión y confusión. En nuestro cerebro, el hemisferio de la razón ha ido creciendo en una dinámica de sobre-especialización y el hemisferio de la emoción, el arte y el mito, parece que se hubiera despeñado y desterrado a los avernos del inconsciente.

Quizás el respeto por la vida humana, en tanto que unidad psico-biológica autónoma que toma decisiones libres en un Universo interdependiente, este muy condicionada porque el nivel de dispersión ha alcanzado el límite de la  confusión y precisa de atención prioritaria para canalizar esas perturbaciones, a fin de que no condicionen su capacidad individual para actuar como director consciente y orientado, en el desarrollo de la Magna Opus de la propia sinfonía de su  Vida.

El arte, la risa, la ironía o la metáfora tienden puentes en nuestra fontanela, que reducen las distancias entre razón y emoción, porque para deducir significados se precisa de la lógica del izquierdo, para poder abrir lecturas alternativas, el surrealismo del derecho, y volver a unificar comprensión en el hemisferio izquierdo. Ese trabajo en paralelo resulta un entrenamiento gimnástico magnífico para nuestro sobre-estimulado cerebro, que tiene la posibilidad de trabajar de forma integradora y global, lo que, independientemente de la calidad de los resultados, será una experiencia de armonía gozosa.

Tanto la experiencia de crear cualquier clase de obra propia, como la recreación que hace nuestra singular mirada de espectador, suponen trascender sentidos y significados, son como contratransferencias en las que se filtran proyecciones de una emocionalidad inconsciente que quiere emerger y respirar en plenitud.

Te propongo un juego. Coge papel y lápiz: elige un tema musical, un cuadro, una construcción arquitectónica, un paisaje, una novela, una película, una danza, un verso, una escultura, una escena, cualquier otra experiencia que logra evocar una emoción en ti que consideres arte…
Una vez que hayas recopilado la lista, elige el que te emociona más en este momento, y une todos en un pequeño relato escrito sin pensar, a vuelo de pluma: no importa su calidad literaria, sólo es un juego en cascada, una especie de aquapark artístico… Lee el resultado y guárdalo para poder recurrir a él en otro momento; ya verás cuantos significados distintos vas a sacarle, según tus momentos, y cuantos relatos diferentes organizarás con los mismos elementos.

Bibliografía:
Visores sobre la historia TCI, Ruth C. Cohn- Revista Música, arte y proceso Nº 5

Aspectos clínicos en arte-terapia, C. Martinez y P. Campillo- Revista Música, arte y proceso Nº 2

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