lunes, 9 de junio de 2014

Atrapados por el clan: la eclosión de la crisalida




El nacimiento de un nuevo ser supone una experiencia luminosa, un éxito del universo en su afán por replicar el milagro de la vida, y también debería serlo para los padres, para la familia y para la sociedad, que renuevan sus esperanzas de futuro y su responsabilidad con las condiciones del presente que lo posibiliten. Pero muy a menudo se dan casos de nacimientos en condiciones de carencia material o emocional que condicionan el desarrollo psicológico de los individuos.

Las condiciones emocionales y materiales del embarazo y del parto, el nombre del que se dota al nacido y el sostén emocional que recibe a través de las fases de su desarrollo: infantil, púber, adolescente y joven, hasta que se hace adulto, suponen avatares trascendentales para una individuación sana y equilibrada. Al llegar a la adolescencia, con los caracteres sexuales, se vive otra forma de nacimiento, el paso a la vida adulta.

A través de la genética también se traspasan miedos, deseos, intenciones de la memoria familiar; la estructura de personalidad que aporta el clan. Si los mensajes son negativos: porque no es deseado, porque hay un shock emocional grave durante el embarazo o el parto, si no es deseada como hombre o mujer, si está en un triangulo con sus progenitores, etc son asimilados como órdenes contrarias al triunfo de la vida, y las estructuras sutiles lo perciben como un bloqueo a su realización como personas.

Estas estructuras mentales: sortilegios, maldiciones, embrujos, etc con la ayuda de las neuronas espejo, forman cuerpos inmateriales, que en un ejercicio de narcisismo obsesivo, copian la mentalidad de los progenitores y del clan, y colonizan la individuación de la siguiente generación, en un ejercicio de barbarie psicológica traumatizante.

En estas circunstancias se impone un trabajo de alguna forma de terapia, para limpiar el psiquismo infectado por estas inhibiciones, por medio de aportes de energía emocional y espiritual liberadora...para que de la oruga del clan pueda emerger la mariposa de nuestros propios colores




Bibliografía: El collar del tigre. Cristóbal Jodorowsky


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