Bhagavad Gita, Invocación de Sánkara
"Lo divino abriéndose camino en el ser humano es más elevado que lo Inmanifestado"
En
la universidad aprendí psicología humanista, que considera a las personas como
sujetos únicos e irrepetibles, organismos totales, que integran su mente y su
cuerpo, su componente emocional con el racional para buscar su realización en
el medio natural del que forman parte, a través de ampliar sus niveles de
conciencia. Desde este modelo las experiencias no verbales, el juego, la
creación el arte y los estados alterados de conciencia, están incluidas dentro
de los fenómenos a considerar, y son vías para la realización del pleno potencial
humano.
De
la especialización en el enfoque sistémico aprendí el poder de los procesos de comunicación y
las interacciones sobre los miembros de los grupos humanos. Los trastornos y
enfermedades son concebidos como expresión de una alteración en estas dinámicas,
que afecta a las relaciones y al autoconcepto de sus componentes.
La universidad
de la vida, con sus desafíos y oportunidades, ofrece otros aprendizajes menos
académicos, y anti-sistema. En ese deambular desde oriente, a occidente incorporé
el surrealismo, el arte, místicas de varias orientaciones y chamanismos de
lugares diversos, hasta completar el puzzle actual.
En este
viaje, inter e intra, en pos de la realización fue pieza clave tomar conciencia
de la genealogía individual: desde la luz desconcertante del nacer, pasando por
el via crucis de la adolescencia, en que hay que asumir la necesaria una purga
de los códigos educativos, de la mentalidad del clan, de los mitos y soluciones
emocionales propios de los grupos primarios, que se implantan de manera
inconsciente en el psiquismo infantil y presionan con determinación tiránica.
Si
desde la conciencia genealógica se nos ponen limitaciones de mal interpretada
lealtad de clan, la conciencia de la cultura transpersonal nos dota de vias y mitos, para trascender la conciencia estancada en sistemas y mentalidades
caducas. Como Jasón, Buddha, Sidharta, Hércules, Icaro, o Arjuna se impone tomar las riendas de
nuestro carro y pulir, en nuestro día a día, el diamante fuerte y translucido
del alma, con que la naturaleza nos ha dotado.
Hay
muchas y muy variadas vías con las que ir depurando las capas de mentalidad
impostada desde las que nos identificamos y nos auto-limitamos, pero es
inapelable el impulso por vivir en plenitud. No basta con comprender el porqué,
se impone actuar, tomar las riendas y dirigirse sin pausa y sin prisa hacia la
liberación del ser esencial, porque la vida es una experiencia trascendental y
maravillosa, de tiempo limitado, y las cicatrices que nos vayan dejando los
avatares del camino se tornarán yagas luminosas conforme se vaya completando el
puzzle…
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